Ovnis III

¿Somos los únicos en el Universo?

"NO caigamos en la soberbia de creer que somos los únicos en el Universo", Manifestó hace tiempo Herbert Williamson, presidente del comité organizador del Congreso Mundial sobre Ovnis, celebrado en Madrid en 1.970. Como es lógico, las imágenes son de lo más variadas y sirven para apoyar todas las teorías. Pero hay hechos que no pueden olvidarse nunca. El 16 de Mayo de 1.963, moría en Atlanta (USA) Fred Reagan. Durante el año anterior había ocupado las primeras páginas de la prensa, al afirmar que había sido invitado por unos extraterrestres a visitar el interior de su vehículo espacial. Se determinó que la causa de su muerte había sido una degeneración de su tejido cervical, debido a una fuerte radiación atómica, para la que las autoridades fueron incapaces de dar una explicación convincente.

A otras personas que también fueron invitadas a visitar el interior de naves espaciales, no les ha sucedido nada, al menos hasta ahora, como al italiano Antonio de Rosa, que incluso pudo fotografiar a un alienígena frente al cuadro de mandos de su nave y que fue aceptada como tarjeta de presentación de la Hermandad Cósmica, sociedad fundada por Eugeni Siragusa, mundialmente famoso por sus contactos periódicos con seres de otros planetas.

Antes de adentrarnos en casos más o menos concretos, fijándonos, con prioridad, como es natural, en los registrados en España, conviene dejar sentado un principio fundamental; los científicos no se muestran tan recatados como las autoridades a la hora de dar su versión e incluso de reconocer la existencia de tales objetos.

En un número de la revista francesa Document, se revela, fuera de toda duda, que los mayores astrónomos de la URSS., Estados Unidos y Francia se han puesto a le escucha de posibles mensajes procedentes del cosmos, y que todos han llegado a la conclusión de que los extraterrestres existen y nos hablan. Hemos citado anteriormente que Francia había reconocido oficialmente la existencia de los Ovnis y que los sabios rusos son los que menos prudencia han tenido a la hora de afirmar la existencia de tales objetos, al mismo tiempo que de reconocer su origen extraterrestre.

Actualmente, la documentación que se tiene de personas que han visto e incluso hablado con seres humanos, es enorme. Quizá el relato más conocido sea el de F. Sinod, (nombre supuesto) que relata cómo, durante una hora, estuvo hablando con un ser de otro mundo. Antes de llegar a este encuentro percibió, según sus palabras y durante mucho tiempo, señales en su cerebro que le anunciaban el lugar y las características de la entrevista.

La conclusión a que se llega después de analizar a cuantas personas han visto Ovnis y seres de otros planetas, es que la inmensa mayoría de ellas son personas normales y que, desgraciadamente, en varios casos se han visto afectadas de tal forma que han tenido que ingresar en sanatorios psiquiátricos, incapaces de superar, por sí solas, el trauma que les produjo su visión.

Según los datos facilitados por las personas de mayor crédito, hay que destacar que los extraterrestres observados son de forma humanoide, de estructura varia que va del enano de un metro al gigante de casi tres.

Y volviendo a los datos que se tienen de los testigos españoles, hacemos marcha atrás para recoger las dos versiones oficiales, únicas conocidas, de personas que han visto platillos volantes.

La primera corresponde al comandante Ordovás, que declaró ante el juez: "Alcanzó el nivel de vuelo de 26.000 pies, el segundo piloto observó una luz extraña a la misma altura. Se lo hizo notar al comandante que, llamó al control deBarcelona para saber si había algún tráfico en su ruta, a lo que el control respondió negativamente. Al observar la luz más detenidamente, se vio que cambiaba de intensidad alternativamente, pasando de un color rojo brillante a un color blanco igualmente brillante, con intervalos de diez a quince segundos. Intentaron enlazar con el radar militar (canal de emergencia), no consiguiendo enlazar con él, ni tampoco con ningún otro centro radar. A través de la torre de Barcelona, notificaron su posición y la situación aproximada del objeto que estaban viendo. El objeto se mantuvo durante quince minutos a la altura aproximada del avión, al cabo de los cuales realizó un rápido descenso, aparentemente hasta el suelo, volviendo a la posición que tenía antes con respecto al avión. Se pudo apreciar entonces su forma, que ofrecía la de un triángulo con los vértices iluminados. Se mantuvo tres o cuatro minutos a la misma marcha del avión y desapareció definitivamente, disminuyendo paulatinamente la intensidad hasta perderse en la lejanía".

Este hecho ocurrió el 25 de Febrero de 1.969, durante el vuelo de Mallorca a Madrid de un avión normal. fue observado únicamente por el comandante y su ayudante.

El otro documento oficial parte de la narración de dos capitanes pilotos de la base de Manises, que declararon ante un comandante Juez.

Realizando una misión en un avión Mirage, el capitán observó la presencia de una luz extraña, fortísima, a su izquierda, llamando entonces la atención de su compañero. Ambos pilotos coinciden en sus apreciaciones referente al objeto luminoso. El hecho tuvo lugar de noche, con buena visibilidad, cielo despejado, distinguiéndose muy bien las estrellas. aparentemente, el objeto se encontraba a la misma altura que ellos.

Al intentar alejarse el avión para conservar la distancia reglamentaria, el objeto les siguió. era de una luz blanca, brillantísima, que al descender tomó una tonalidad rojiza.

El hecho ocurrió el 26 de Septiembre de 1.973. Todos los especialistas llegan a la conclusión de que los datos más importantes sobre este tema son los que se reservan para si las autoridades de cada país, llegando al público los más coloristas.

A la hora de recopilar declaraciones, nos encontramos forzosamente con las personas particulares que han presenciado estos fenómenos. Casi todas prefieren olvidar lo ocurrió un día cualquiera de sus vidas. Todas confiesan que, por una u otra causa, las cosas no han continuado igual desde aquel momento.

Pluralidad de mundos habitados

A mucha gente le es difícil aceptar que posiblemente no somos el único planeta habitado del Universo y que seguramente nuestras vidas se encuentran regidas por una programación controlada (llámese Karma, Darma, Cielo, etc.) por un sistema que posee, incluso, reglas manifestadas a través de seres o entidades que aunque están en otra dimensión o estado de materia, no dejan de demostrar su influencia.

Se han recibido noticias sobre personas que han tenido contactos con extraterrestres y según diferentes informes parecen coincidir en que éstos presentan un aspecto humanoide, su nivel intelectivo es superior al nuestro, han desarrollado al máximo el inconsciente y han suprimido, por decirlo en un lenguaje corriente, las emociones. La actitud de estos seres hacia los humanos no puede ser más positiva; es una actitud de amistad, de cariño, de comprensión y de amor.

La mayoría de las personas que han establecido contactos, sin darse cuenta han cambiado su forma de vida, no ven las cosas de la misma manera; la existencia, la vida, la comprensión toman un sentido nuevo y en la mayoría de los casos adquieren un interés muy positivo para con sus semejantes.

El hombre actual ya no discute las probabilidades de la existencia y pluralidad de mundos habitados, concepción que ayer era considerada absurda.

Casi se puede afirmar que hoy sabe, o presupone, que tales mundos existen. Porque lo que parece inadmisible, en nuestros días , es creer que sólo la Tierra, minúsculo átomo que ocupa un insignificante lugar en la inmensidad del espacio, pueda ser único, el exclusivo representante de manifestación inteligente. El nuestro es, sencillamente, uno más de los incontables mundos que pueblan el Universo; aunque sea el más importante para nosotros. Y el alcance y grado intelectivo que demuestra tener el hombre no puede ser otra cosa que una de las tantas manifestaciones de vida, diseminadas, con infinita profusión, por el área inconmensurable del Gran todo.

Somos parte integrante de un Todo, cuyas infinitas posibilidades nunca será capaz de precisar el hombre.

No sería lógico que continuáramos creyendo ser los únicos depositarios del más preciado de los dones existentes, como lo es la posesión de una facultad tan excelsa como puede llegar a ser la inteligencia.